GALLETAS DE CHOCOLATE DE ANA.



El otro día vi esta receta de Ana (@anasbakingchronicles) y me dio un calambre de los de oh! Esto voy a hacerlo, ¡¡y ahora mismo!! (No suele pasarme). Así que dicho y hecho, me fui a prepararlas. Pero hay una realidad en mi manera de cocinar, y es que rara vez sigo una receta al pie de la letra. Será porque después de tantos años de trabajar en el laboratorio (donde sigues la receta o protocolo, sí o sí), en la cocina soy más... creativa.  Estoy convencida de que la receta original es espectacular. Pero yo os paso unas notas con los cuatro cambios que he hecho. Y la verdad, hay un problema gordo con estas galletas: ¡¡están desapareciendo a ritmo de vértigo!!! Madre mía, que buenas.  Y una de las cosas que más me gustó de esta receta es su sencillez y la facilidad de hacerlas. El cacahuete pequeño se apuntó rápido a echar una mano (sobre todo con la limpieza del material al terminar. Con la lengua...).
Una de las diferencias, que vino motivada porque no tenía suficiente mantequilla en casa, es que parte de la mantequilla la sustituí por aceite de oliva... y funciona maravillosamente. Lo segundo es que siguiendo mi estilo, he reducido la cantidad de azúcar (un poco, tampoco os penséis, ¡esto sigue siendo una orgía calórica!). El tercero es que como en casa hay muchas harinas para elegir (ecológicas), escogí la harina integral de espelta, porque es super sabrosa y las galletas quedan riquísimas. Cuarto, que en lugar del cacao que propone en su receta, que no tenía, usé cacao puro (uno muy bueno que compramos a granel en la Agrobotiga de Moià). Funciona bien. Finalmente (jo, he cambiado más cosas de las que pensaba), como a mi el chocolate blanco no me gusta pero a los cacahuetes de casa sí, repartí la masa en dos mitades e hice la mitad de galletas con trocitos de chocolate blanco y la otra mitad con trocitos de nueces).

En resumen, las cantidades son:
(para unas 30 galletas, que os juro que no son tantas)
2 huevos (no eran muy grandes)
125 gr mantequilla
100 gr aceite de oliva
300 gr azucar
300 gr harina integral de espelta
90 gr de cacao puro
½ cucharadita de levadura química (levadura royal o backing powder)
½ cucharadita de bicarbonato sódico
Una pizca de sal
150g de trocitos (chocolate blanco en trocitos pequeños o perlitas, nueces...)

Y la receta:
Precalienta el horno a 160ºC. Estas galletas son rápidas de hacer, así que puedes ir encendiéndolo.
Mezclamos el cacao, la harina, la levadura, bicarbonato y la sal en un bol y reservamos.
En un bol mezclamos la mantequilla pomada, el aceite de oliva y el azúcar, y lo mezclamos bien (no hay que pasarse, con las varillas o una cuchara), pero que quede bien mezclado. Añadimos los huevos de uno en uno, mezclando.
Juntamos todo y lo amasamos para que se mezcle todo bien. A partir de aquí añadimos los trocitos al gusto.
Hacemos bolitas con una cucharada de masa y las aplastamos un poco para hacer unos discos (de unos 5cm de diámetro por casi 1cm de grosor). Han de quedar gruesitas para que queden más jugosas por dentro. Durante la cocción se aplastan un poco pero no mucho (como para que dejes ½ cm o un poco más entre las distintas galletas al ponerlas en la bandeja del horno).
Hornear a 160ºC, con ventilador preferiblemente, unos 12 minutos. Siguiendo los consejos de Ana, primero hornea un par de galletas, 12 minutos. Las sacas y las dejas enfriar en la propia bandeja 2 minutos más (están super blandas, si las tocas se rompen). Y las pasas a una rejilla para que se enfríen. Me esperé un poco y comprobé que esos 12 minutos en mi horno eran lo correcto. 
Las primeras cayeron aun calientes. Están crujientes por fuera pero blanditas por dentro, y el crunch-crunch de las nueces combina deliciosamente. Me juran por aquí que las de chocolate blanco están de muerte. Yo no las toco ni con un palo. 

Como ya he dicho es una receta muy sencilla, y por lo tanto ideal para hacer con los pequeños de la casa. No hay que extender la masa de la galleta ni cortarla, cualquier bolita es buena, si queda "fea" sigue siendo buena... y es rápida, que ya sabemos que a ciertas edades la paciencia... justea. Ya me contareis que tal os han salido!

GALLETAS DE AVENA Y AVELLANA, CON NARANJA Y SÉSAMO



Hace años que busco una receta de galletas "sanas" (no hay galletas sanas, me refiero a no tan dulces o mantecosas).. Sí, con esa prioridad. A mi cacahuete le gusta desayunar de dulce y comer galletas industriales a diario no me parece la mejor opción. Así que buscaba una receta de galleta que no fuera una bomba calórica como las galletitas de mantequilla, que están de muerte, pero no es como para comer a diario (o casi). Y queria que fueran caseras, ni que sea por reducir el plástico que entra en casa.
Estas son unas galletas diferentes. Predomina el sabor de la avellana, el sésamo y la naranja. Están muy buenas, pero no son muy dulces, solo 180gr de azúcar para un total de 830 de solido, lo que no es una proporción típica en una galleta. Y con el regustito del sésamo, ¡que está tan rico!
Yo soy científica y trabajo en un laboratorio. Tras años de cocinar he aprendido que en la cocina las cosas son “una pizca”, “un chorrito”… y es así. La semana pasada charlaba con una compañera sobre eso mismo. Ella se quejaba de lo poco precisas que son las recetas, yo le hice notar que compramos la comida en el super, la verdulería, la pescadería… ¡no en Merck o Sigma!  Los ingredientes varían y hay que saber adaptarse. Esta es una de esas recetas en que eso se nota. El distinto tamaño de los huevos, el distinto grado de humedad de las avellanas, incluso de la harina de avena, harán que las galletas queden más o menos densas. Yo suelo corregir con un poco de leche o un poco de harina para que tengan la consistencia adecuada. Y esa consistencia es al de una masa bien densa pero trabajable. Y si no lo ves claro, en cuanto hayas probado a hacerlo dos veces, ¡lo verás! Por suerte, ¡no hay manera de que salgan mal! Quedaran un poco más duras, o te costará más ponerlas en la bandeja y te quedaran un poco más “churro”, pero no serán nunca un desastre. Y  a la segunda vez les cogerás el punto.
Así que aquí os presento mis galletas "sanas". Ahora, ¡a disfrutarlas!




Ingredientes:
250gr avellanas tostadas
400gr harina de avena
½ sobre baking powder (levadura química)
180gr azúcar
30gr aceite
60gr leche
50gr sésamo
3 huevos medianos
La ralladura de la piel de dos naranjas
1 cucharadita de canela

Preparación:

Para elaborar estas galletas hay que triturar bastante bien las avellanas. Cuando empecé a experimentar con estas recetas me encontré con el problema de que triturar avellanas no es fácil, y casi se me quema la trituradora. Así que he optado por poner primero todos los líquidos, añadir las avellanas enteras y triturar esa mezcla, y funciona muy bien. Podéis añadir también la ralladura de la naranja cuando ya casi tengáis las avellanas trituradas para que no queden trocitos (si no tenéis un rallador de cítricos, como es mi caso).  Así pues:

En un bol o en el vaso de la batidora mezclamos los 3 huevos y el resto de líquidos (aceite y leche) y la ralladura de la naranja. Añadimos las avellanas y las trituramos bien (a mí me gusta que quede algún trocito y que se noten, eso ya va a gustos). Cuando ya está casi triturado añadimos la ralladura de naranja.
Añadimos ahora el azúcar y mezclamos bien. Añadimos la levadura química y la canela a la harina y vamos añadiendo la harina a la masa poco a poco y mezclando bien. Es recomendable pasarla por el tamiz, ya que la harina de avena suele hacer grumos y os costará más mezclarlo bien. Al final, añadimos el sésamo. Como todas las masas de galleta, es una masa dura y espesa y si no tenéis una buena mezcladora os va a tocar trabajarla bien con un tenedor o a mano.

Dividimos la masa en tres. Ponemos cada porción en el centro de una hoja de film transparente y hacemos un canuto con ella. Y ponemos los canutos en la nevera (es mejor hacer canutos que bolas para que se enfríe de manera más uniforme, el centro de las bolas tarda mucho en enfriarse). Dejamos al masa enfriando en la nevera 1-2h para que nos sea más fácil de trabajar.
La masa de estas galletas es mala de trabajar ya que el aceite de la avellana la hace muy pegajosa y si añadimos mucha harina, con lo que sería más fácil, no quedan tan buenas (lo he probado).

Para hacer las galletas, lo más fácil es poner una hoja de papel de horno sobre el mármol, con un poco de harina y colocar una porción de masa encima, con otra hoja de papel de horno encima, la extendemos con el rodillo (hacemos un sándwich papel-masa-papel). Es mejor no hacerlas muy finas, dejadlas de un grosor de más o menos 3-4mm. Con un cortante sencillo (redondo, cuadrado, nada de animalitos o formas complicadas) las vamos cortando y colocando en la bandeja del horno (sobre papel de horno o silicona, mejor).
Las horneamos a 180ºC durante más o menos 15 min (depende del grosor). La galleta ha de quedar tostadita pero no dura.
Ale, ¡a comer galletitas!
 




 

PAN DE MOLDE CON MASA MADRE




Ingredientes:

480g de masa madre (mitad agua, mitad harina) recién refrescada
120g de harina de centeno integral
600g de harina blanca de trigo
250g de agua
19g de sal
medio (o uno entero) yogur natural (de los que requieren frigorífico, y caducan en 7 días)


Se mezclan bien los ingredientes y amasa, corrigiendo (añadiendo agua o harina) hasta que se pegue poco a las manos mientras la amasas. La masa debe superar la prueba de la membrana, que consiste en estirar un poco de masa hasta formar una película fina, traslúcida, sin que se rompa la película (más sobre la prueba de la membrana aquí).

Se deja reposar una o dos horas, o hasta que haya aumentado de volumen apreciablemente, momento en el que la moldearemos y pasaremos al molde. Se moldea aplanando un poco la bola de masa y estirándola hasta conseguir que tenga casi el largo del molde. Se estira también a lo ancho, y se pliega primero del tercio
superior hacia el centro, y luego el inferior, dejando el reborde hacia abajo.

Traspasamos al molde metálico y dejamos que la masa suba durante unas horas más. Hacemos un corte a lo largo de la longitud del molde, y horneamos a 200 grados 50 minutos, poniendo un recipiente con poca agua en el fondo.



Horchata

Horchata by Roser <needsmorecaffeine>

Horchata, a photo by Roser <needsmorecaffeine> on Flickr.

Hay pocas cosas más fáciles de hacer que la Horchata. Y sinceramente, no hay color con la que venden. Incluso las más "caseras".  La mayor dificultad a la hora de hacer horchata estriba en encontrar las chufas. En Barcelona sé que se pueden encontrar en la mayoría de mercados, como el de Santa Ceterina o el de la Boquería. Personalmente las he comprado aquí, así de paso son ecológicas... y me queda más cerca de casa.
Para preparar un litro de horchata hacen falta 250g de chufas y 140-200g de azúcar. Ojo, no os entusiasméis y preparéis un garrafón, que al ser casera no dura más de 2 días.

Para prepararla hay que ser previsor y empezar el dia antes:
Se lavan bien las chufas (pero bien, bien)  y se dejan en remojo 24h. Si hace mucho calor es mejor que las dejeis en la nevera, porque si no la orchata se estropea enseguida.
Al día siguiente se escurren y se trituran en 1L de agua. Hay que triturarlas bien (es mejor con una batidora pero el "turmix" también va bien, solo que hay que insistir un rato) y se deja este triturado macerando durante 3h. Una vez maceradas se cuelan a través de un paño fino de algodón (estrujando bien el paño) y se añade el azúcar al gusto (entre 140 y 200gr). La dejamos enfriar en la nevera y lista para tomar!